domingo, 30 de agosto de 2009

EL PLACER DE MATAR

En tiempos de paz, las reglas sociales necesarias para la convivencia del mono domestico prohíben al animal humano matar a sus semejantes. Sin embargo, le dan "carta blanca" para que pueda matar animales de otras especies distintas a la suya.
El cazador se siente un ser importante, puesto que las vidas de otros seres dependen de su voluntad y de su puntería. Mata, y disfruta matando. El cazador se transforma en un “especista asesino”.

Quien se precia de ser un gran cazador aspira a poseer como trofeo las cinco cabezas de animales que catapultan a la cima del status: las del león, búfalo, leopardo, rinoceronte, y elefante. Cazadores tan ricos en dinero como pobres en escrúpulos, han removido cielo y tierra para poder hacerse con la "colección".
Explotando este nuevo detalle de la ambición humana, los americanos han inventado lo que llaman el "Gran Slam" de la caza. Se trata de viajar por el mundo con el rifle en las manos, a fin de poder capturar cinco cabezas de carneros de primera categoría: el Argali de Mongolia (40 licencias de caza por año), el "Big Horn", "Dall Sheep", y "Stone" de América, y el "Marco Polo" del Pamir (cerca del Himalaya). Por otro lado, un león capturado se paga a 2000 dólares, mientras que un leopardo se cotiza a 2.500 dólares, costando un safari medio a razón de 1000 a 1500 dólares por persona y día.
Y como esos primates, además de asesinos, son exhibicionistas, presumen de sus fechorías colgando las cabezas de sus víctimas en las paredes de sus suntuosas cuevas para envidia de sus colegas de matanzas.


En España se organizan cacerías de perdiz roja al precio de 273 euros por cazador y por día; 133 euros diarios cuesta cazar la codorniz; la caza del conejo se cotiza a 113 euros por día, y la del tordo a 110 euros diarios.
La cuantía de estas cifras nos hablan de que, hoy día, el primate humano de culturas "civilizadas" no caza para subsistir, sino que lo hace por el simple placer de matar, no dudando en pagar fuertes sumas para poder procurarse este capricho.

En 1953 se fundaron las Juntas Provinciales de Extinción de Animales Dañinos y Protección de la Caza. Su misión era la de organizar planes de lucha contra las "alimañas", procurando el suministro de venenos, lazos y otros medios de extinción, a la vez que se creaba un fondo económico para premiar a los alimañeros, y a quienes eliminaran a animales catalogados como dañinos. Estas juntas estaban formadas por el ingeniero jefe del distrito forestal, la red de hermandades sindicales, el sindicato de ganadería, la cámara sindical agraria, ayuntamientos, y diputación. Centenares de monos domésticos recorrieron los montes y campos de España para aniquilar con cebos envenenados a milanos, gatos monteses, zorros, águilas, etc.
Según el censo de "alimañas" capturadas, entre 1953 y 1961 se exterminaron en España 1.234 águilas jóvenes, 3.402 águilas adultas, 1.206 águilas reales, 4.216 halcones peregrinos, 2.044 halcones, 234 gavilanes y 12.777 milanos. A esta masacre cabe añadirle la que se efectuó entre los años 1943 y 1957. Durante este período de tiempo fueron extinguidos en la provincia de Santander 625 lobos, 4.099 zorros, 242 gatos monteses, 1.307 milanos y otras 267 rapaces, amén de un gran número de ginetas, córvidos, etc. Según los mismos anales, en Asturias, durante la década de los cincuenta, se mataron: 350 lobos, 778 gatos monteses, 824 ginetas, 6.977 zorros, 973 hurones, además e otros 940 mamíferos. El alimañero cobraba a razón de cinco pesetas por rapaz, y 1.500 por una loba... con prima extra si estaba preñada. En años sucesivos se continuó arrasando vuestra fauna. Sólo en 1978, y en especies protegidas, se exterminaron 23.118 mamíferos, 34.349 aves y 12.630 reptiles. Todas las capturas se efectuaron a base de cepos, lazos, o envenenamientos.

Algunas empresas de vuestro país se dedican a la venta de huevos de codorniz envenenados. Para ello se utilizan huevos de codorniz, inyectados con 4-aminopiridina, terrible veneno de efectos irreversibles (la dosis letal para eliminar ratas se cifra en 20 mg/kg., mientras que para el animal humano, mucho más sensible al producto, basta con 5 mg/kg). Estos huevos envenenados se venden por millares. Durante los tres primeros meses de 1989, se colocaron más de 500.000, sin que se señalizara su contenido mortífero. Se vendían en cajas de 360 unidades al precio de 5.250 pesetas. Estos huevos (que todavía se utilizan) van destinados a cotos de caza para poder erradicar de los mismos a los buitres negros, linces ibéricos, o águilas imperiales, todas ellas especies protegidas. Cabe destacar también el sembrado de gran cantidad de huevos de gallina envenenados con estricnina, preparados por particulares. En 1990, en el coto de caza de Iscar en la provincia de Valladolid, murieron por envenenamiento (al ser utilizados pollitos con arsénico) once milanos reales, cuatro milanos negros, varios grajos y dos perros. Tal cosa no era la primera vez que ocurría. El procedimiento que suele seguirse es el siguiente: un cazador libera en el coto varias perdices de granja, para poder aumentar sus posibilidades de caza. Al mismo tiempo coloca un cierto número de pollitos envenenados con arsénico, que pretende sean un cebo fácil para las aves de presa protegidas, de esta manera elimina la posibilidad de que las rapaces capturen a las perdices y compitan con los monos domésticos asesinos.

En España hay más de tres millones de primates humanos con licencia de caza, que han hecho del matar un "deporte". Muchos de ellos (como vemos por las cifras correspondientes al año 1978), ni tan sólo se avienen a respetar las vidas de las especies protegidas, y convierten su actividad en una auténtica canallada. Algunos de ellos llevan su instinto asesino hasta el punto de disparar sus armas contra guardabosques o contra jóvenes pertenecientes a grupos ecologistas. Ello no es de extrañar ya que es frecuente que entre los que disfrutan matando exista un alto porcentaje de sujetos sumamente agresivos y violentos incluso con animales de su misma especie.

Unos 30 millones de piezas son abatidas en una superficie nacional acotada, superior a los 30 millones de hectáreas, y que sirve como base para desarrollar una actividad, que mueve, directa o indirectamente una verdadera fortuna en euros, sin contar la economía sumergida.
Según datos elaborados por Metra Seis, en un informe para la Secretaría de Turismo, en España se matan anualmente unos 4 millones de perdices, 16 millones de conejos y liebres, 4 millones de palomas, 4 millones de codornices y tórtolas, y 1 millón de zorzales. A todo ello hay que sumarle otras 70.000 cabezas de caza mayor, en especial de ciervos y jabalíes.
En España existen 47 empresas dedicadas al turismo cinegético. La caza española llama la atención anualmente a unos 30.000 cazadores extranjeros, principalmente italianos, franceses y norteamericanos.
Por otra parte, en Francia, cada año un total de 1.780.000 escopetas se cobran 50 millones de vidas. Entre estas víctimas, destacan 6.300.000 conejos, otras tantas palomas y pichones, 1.600.000 liebres, más de 6.000.000 faisanes, 3.300.000 perdices, 2.000.000 de patos y unos 30.000 cérvidos.

Cada vez se extiende más la modalidad de criar animales (para ser cazados posteriormente) en un coto particular. Se ha creado la comercialización de la caza: se paga una cuota de entrada al coto y otra a la salida, según las piezas cobradas.
El Gobierno español preparó en 1989 un proyecto de ley para proteger ciertas especies que se hallaban amenazadas por la caza indiscriminada y abusiva. Enterado el colectivo de cazadores, mandó al Gobierno más de 200.000 cartas de protesta contra el proyecto de ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres. Las cartas mostraban el enfado de un colectivo que no consentía que por ley se les limitara el número de especies a cazar. Los cazadores llegaron incluso a encargar a un grupo de juristas que estudiase la posibilidad de crear un partido político para que defendiese sus derechos. El decreto sólo permite la caza de 8 especies de caza mayor (jabalí, ciervo, gamo, corzo, rebeco, cabra montés, etc.), 23 de aves, además de liebres, conejos y zorros.
En Gran Bretaña había, en 1990, unas 48.000 personas inscritas en partidas para cazar el zorro. Otras 390.000 seguían las cacerías locales a pie, en bicicleta o en coche. Cada año se daban 193 cacerías de zorro oficiales (la más antigua data del siglo XII). Y Según la British Society of Field Sports, se cazaban al año unos 15.000 zorros. Finalmente, el 18 de febrero del 2005 se prohibió definitivamente la caza del zorro con perros.

Hasta el presente, sólo 1.800.000 especies han sido descritas por el animal humano. Muchas, aún no han sido descubiertas, otras ya han desaparecido, o están desapareciendo. La mayoría de las especies desconocidas son insectos, como lo prueba el hecho de que en un estudio efectuado sobre 19 árboles de la misma especie, en un bosque de Panamá, se encontraron 950 especies de coleópteros, de las cuales, más de las tres cuartas partes no habían sido descritas aún por los científicos. Es harto difícil determinar el ritmo de extinción de especies, al no conocerse el número de especies en su totalidad. Pero un estudio publicado por el Instituto de Recursos Mundiales estimaba que la tasa de extinción para pájaros y mamíferos se cuadruplicó entre 1600 y 1950. Este ritmo sigue aumentando. Hoy sabemos que el ritmo de extinción de especies es 100 veces superior a lo que nos temíamos. Ya son más de 16.000 las especies amenazadas de extinción entre las 41.000 evaluadas. La deforestación tropical, y el efecto invernadero, hará desaparecer el 20 %, de todas las especies entre el año 1990 y el 2020.

El animal humano ha sido, es, y será, el responsable directo e indirecto de la desaparición de todas estas especies. Vosotros, los humanos, sois un auténtico cáncer para la naturaleza. Vuestras metástasis se extienden por todos los hábitats posibles destruyéndolo todo, animales, vegetales y el propio hábitat que los incluye. Malditos seáis para siempre.

domingo, 23 de agosto de 2009

LA ESTUPIDEZ HUMANA

En mi afán por conoceros me introduzco en una tertulia de monos domésticos que debaten sobre diversos temas en un camping del norte de Catalunya. El grupo esta formado por humanos adultos de diferentes edades que oscilan entre los 40 y los 74 años. Debaten sobre diferentes temas que abarcan lo divino y lo humano.


En el grupo se hallan representadas todas las capas sociales: un teniente de alcalde, un director de la Caixa, un directivo de un equipo de fútbol, un albañil, etc. Al poco rato se añade al grupo un conductor de autobús.

En un momento dado el recién llegado afirma que “el hombre NO es un animal” y que “los animales no piensan”.

No me sorprendo demasiado pues, en el año y medio que os he ido tratando, me he hecho a la idea de que la imbecilidad de algunos humanos no tiene límite.


Me dirijo al insensato y le pregunto:

- Pero tú ¿No eres un mamífero?

- Por supuesto que no ¡¡ me responde.

Me armo de paciencia y me dispongo a hacerle razonar (algo verdaderamente difícil en el ser humano).

- ¿Tienes pezones?, le pregunto.

- Sí, responde.

- ¿Te amamantó tu madre de pequeño?

- Sí, replica.

- Pues si mamaste de pequeño y tú mismo tienes pezones será que eres un mamífero ¿Verdad?

- Sí, pero no soy un animal.

- Y entonces ¿Qué eres?

- Soy un humano terrestre ¡¡

- Ah ¡¡ pero… ¿Es qué hay humanos acuáticos o aéreos?, le pregunto.

Baja la cabeza desconcertado… pero yo le sigo presionando.

- Y…. ¿Quién te ha dicho que los animales no piensan?

- Lo sé yo y lo dice todo el mundo.

- Vamos a ver… Imagínate que en una habitación, donde hay un chimpancé, colocas una silla, un par de bastones y del techo cuelgas un plátano. El chimpancé ve que no puede llegar al plátano, por ello arrastra la silla hasta colocarla justo debajo de la fruta y al ver que no llega, intenta alcanzarla con un bastón desde la silla. Al comprobar que el palo es demasiado corto, le enchufa el otro para poder, de esta manera, hacer caer de un golpe seco el plátano. El chimpancé tenía un problema y lo ha resuelto a base de razonar, y si ha razonado es, evidentemente, un animal racional. Cosa que desgraciadamente no puedo decir de ti, puesto que tú no has razonado antes de expresarte. Ante este ejemplo ¿Todavía mantienes que los animales no piensan?


Destrozados sus “argumentos” no sabe que responder y, al no saber que decir…se retira por “el foro” abandonando el grupo avergonzado.

Imagino que él queda desconcertado ante su ignorancia,... y yo me convenzo un poco más de la imbecilidad humana.

Luego me cuentan que es un conocido Testigo de Jehová…y entonces aun me encajan mejor las piezas.


Toma la palabra el albañil, de origen gallego:

- Los animales son muy malos. En mi tierra los lobos matan a todas las ovejas del redil para comerse sólo a una.

Todos asienten a sus palabras… aunque dejan de mover la cabeza en sentido afirmativo cuando le pregunto al albañil su opinión sobre la bondad o maldad del hombre.

- El hombre es bueno, me responde sin dudar.


Le acerco un periódico y le invito a que lea en voz alta los titulares. Poco a poco aparecen las masacres por bomba en Irak, episodios de violencia de género, incendios forestales intencionados, etc. Una vez repasada la lista de las habituales fechorías humanas, le recuerdo que eso son algunos “detalles” del comportamiento del ser humano durante el día anterior.

Ante la evidencia, intenta escapar del bochorno recordándome de nuevo la “maldad” del lobo que “mata a muchas ovejas para sólo comer una”.


Una vez más me impongo el deber de ayudarle a reflexionar aunque, al ser un mono domestico, asumo que será una tarea ardua…

- Imagínate por un instante que tú eres el lobo. Tienes hambre y deseas cazar por la noche una oveja por sorpresa. Al llegar al cercado te encuentras con que ante tu presencia todas las ovejas rompen a balar en el silencio de la noche “chivándole” al pastor tu presencia en el redil. El lobo, que esta hambriento y necesita comer para sobrevivir, muerde a las ovejas en la yugular para irlas silenciando una a una con inusitada rapidez. Convendrás conmigo que no tiene otra manera de conseguirlo. Por último, huirá con el cuerpo de la última oveja “silenciada” que devorará tranquilamente en un lugar apartado.

Aquí no hay maldad, sólo previsión, lógica y comportamiento inteligente.


El albañil ya no abre más la boca, y yo me pregunto ¿Por qué a los humanos les da tanta pereza pensar y razonar, antes de sentenciar?


La mayoría de los asistentes a la tertulia son ciudadanos de Portbou, un bello pueblo de la costa catalana, el último pueblo español antes de entrar en Francia.


Me cuentan algunos de los contertulios que su principal distracción la encuentran en la pesca.

Me intereso por la fauna marina de sus aguas y me desgranan una lista interminable de los peces que capturan. Al terminar la lista, uno añade que también capturan, matan y comen un mamífero marino. Yo salto en mi silla a la vez que les pregunto por el nombre de esta especie y todos al unísono me informan que se trata de una raya, en concreto, la Raya común (Raja clavata). Me pongo las manos en la cabeza ante semejante disparate. ¡¡ Lo que faltaba, esta gente confunde peces con mamíferos ¡¡

- ¡¡¡ La raya común ¿ UN MAMIFERO? ¡¡¡ exclamo.

- Por supuesto, me responden. .. Gestan fetos, dan a luz a sus crías, tienen huesos y dan de mamar a sus bebes, como los mamíferos, y eso lo saben todos los pescadores del pueblo, todos lo comentan y siempre se ha dicho y ha sido así.

Mis ojos siguen abiertos como platos.


Les pregunto si conocen las características de los mamíferos.

Les recuerdo que son animales de sangre caliente, con mamas, que son alimentados con la leche de sus madres cuando son crías. Les aseguro que las rayas no tienen ninguna de estas características al tratarse de peces y que por lo tanto no pueden ser mamíferos.

Les pregunto si alguna vez se les ha ocurrido pensar sobre esto o si han mirado alguna enciclopedia, diccionario o buscado por Internet (casi todos tienen ordenador).

Respuesta negativa. Todo el pueblo se limita a seguir y a creer lo que las diferentes generaciones se han ido pasando boca a boca por el pueblo. Gracias a ello han institucionalizado la ignorancia en el pueblo at eternum.


Y de nuevo os he de preguntar ¿Por qué os costará tanto a los humanos pensar con lógica?


Para colmo, uno de los asistentes me recuerda que la ballena es un pez ya que lo dice la Biblia a propósito de la historia de Jonás.

No tengo más remedio que recordarle que eso demuestra que la Biblia está escrita por "catetos" en temás de Ciencia.


Aparte de demostrarme que los monos domésticos frecuentemente tenéis urticaria y mareos cuando os toca pensar, el ejemplo de la raya en Portbou nos explica de manera clara y diáfana el porque del éxito de las religiones entre vosotros. Os creéis a pies juntillas los disparates escritos en libros supuestamente “santos” y os ahorráis pensar con lógica, no fuera que os pudiera estallar la cabeza.


Preferís vivir en la ignorancia y la superstición y así abonáis el terreno a los brujos tribales que viven a costa de vuestra ignorancia.

Me queda muy claro que sólo los animales humanos podéis tener religiones ya que en vosotros se dan todas las circunstancias para su éxito. Por eso TODAS las religiones son enemigas del progreso.


Pongo la tele y el Telediario me reafirma más en mis creencias basadas en evidencias.

Resulta que en el pueblo de Sitges (importante centro turístico y capital gay de Europa) al mono doméstico se le prohíbe mostrar la carne de su torso por las calles. Así son las disposiciones municipales.

Contranatura, la Ley prohíbe en plena canícula de agosto del 2009, con termómetros a 40 grados que el primate humano se desplace sin camisa, la multa es de 350 euros.

ESTAIS DOMESTICADOS hasta este punto.

Ah, pero eso sí, si queréis enseñar el culo en Sitges no tendréis problemas, os podréis pasear por las calles del pueblo en tanga, siempre que os tapéis el torso.


Lo dicho, estáis “piraos”. Sois el hazmerreír del Reino animal. No conozco animales más estúpidos que los de vuestra especie.


Después de tan ilustrativo Telediario decido seguir un programa cultural sobre la vida del animal humano en Marruecos. Ante las cámaras aparece una hembra marroquí que nos cuenta que en su cultura, cuando una mujer quiere conquistar a un hombre, debe lavarse la vagina con agua y con esa misma agua le preparará acto seguido un te al hombre que desea enamorar.

Conclusión: si bien suspendéis en inteligencia, en guarrería, os aseguro que sacáis un notable alto.


Evidentemente, si sois capaces de creeros tales cosas, de echar las cartas, de creeros a Rappel, a lo que dice la Biblia y a la bruja Lola, no me vengáis luego con el cuento de que sois animales racionales…que no cuela.


Apago la Tele y abro un periódico, allí leo que la Iglesia debe cambiar sus costumbres. El temido virus H1N1 acecha al “Rey de la creación” el cual, admitiendo su derrota, se verá obligado a cambiar su forma de vida de ahora en adelante… ¡¡ Qué paradoja ¡¡.


La medalla de la “Virgen del Sagrario” en Toledo, que habitualmente besabais, ya no la podréis besar…. Sólo tocar.

Ya de por si, el hecho de que os creáis que tocando un determinado metal os podías santificar, es un claro ejemplo de que no estáis en vuestros cabales aparte de ser un claro ejemplo de fetichismo de los múltiples que os inculca y fomenta la Iglesia Católica.


Os debo confesar que como bonobo estudioso del comportamiento del primate humano, suelo visitar vuestras iglesias, plagadas de fetiches, para observar vuestros esperpénticos ritos tribales dirigidos a vuestros dioses.

En una de ellas se desarrolla estos días un nuevo ritual recién estrenado en honor del virus de la gripe A.

Sobre una mesita se deposita un trozo de metal, una medalla de la Virgen bendecida por el brujo de la tribu. Previamente se ha encargado de engañaros convenciéndoos de que el trozo de metal os transmitirá poderes mágicos benéficos. Bastará con tocarla, ya no podrá besarse como antes. Hay que evitar la contaminación vírica a toda costa.

Naturalmente como sois humanos y tenéis limitadas vuestras facultades intelectuales, en ningún momento se os ocurrirá pensar que si los poderes de la Virgen no sirven para derrotar al virus … MEJOR SERÍA ADORAR AL VIRUS ¡¡¡.


Pero volvamos a la mesita, la medalla se deposita en un extremo de la misma sobre un papel con las instrucciones de manejo pertinentes. En el centro de la mesa, el brujo de la tribu, infinitamente más listo que vosotros, ha colocado una bandeja llena de monedas y de billetes para “sugerir” lo evidente. Si observáis la distribución de los objetos veréis que la bandeja es la que preside la mesa, relegando la medalla a un extremo de la misma. (OBSERVAR ATENTAMENTE EL VIDEO)


Y ¿Cómo actúa el mono domestico para sustituir el beso prohibido?

De las maneras más diversas, todas ellas dignas de estudio. Unos se besan la mano y, a continuación tocan la medalla, piensan que con semejante maniobra- trampa es como si hubiesen besado la medalla. Sin embargo, al ser humanos, no se les ocurrirá pensar que habrán contaminado su mano al tocar donde todos tocan y que, a continuación contaminaran todo lo que toquen con esa mano….incluso su boca (la que en ningún momento tocó la medalla).

Una feligresa, creyéndose muy lista, le cuenta a la cámara que graba el reportaje, que ella se limita a lanzar el beso al aire y que “la Virgen ya lo recogerá¡¡ Pobres diablos ¡¡ ¡¡Santa inocencia¡¡ Uno ya no sabe si reír o llorar …en fin, lo de siempre.


Hoy empieza el Ramadán, durante un mes el primate humano que siga determinada religión se vera obligado a pasar hambre y sed, desde la salida del sol, hasta su puesta. Durante este tiempo tampoco podrá tener ningún comportamiento sexual (una vez más el sexo como víctima propicia de las religiones). Un nuevo y claro ejemplo de cómo la religión os domestica a fondo.

Domestica durante horas vuestro aparato digestivo y reproductor. Poco importa que en pleno agosto las altísimas temperaturas despierten vuestra sed como un aviso de que el cuerpo se deshidrata y necesita urgentemente incorporar más agua. ¡¡Hay que joderse ¡¡… pero cuidado, EN SENTIDO FIGURADO, que el sexo también está prohibido ¡¡¡¡.


Cuando explico estas costumbres a los demás animales que nos acompañan en la selva y les pregunto si esas son costumbres de animales inteligentes o son un ejemplo de todo lo contrario, su respuesta es unánime….y, por supuesto coincide con la mía.


Los monos domésticos os pasáis la vida persiguiendo la inteligencia y el sentido común…el problema es que tanto una como el otro, corren mucho más que vosotros.