sábado, 30 de abril de 2011

REÑIDOS CON EL ESPEJO.



El otro día ojeando un par de periódicos me quedé perplejo al leer la noticia de que en México a un jugador de fútbol colombiano (Carlos Darwin Quintero) le habían caído seis partidos de suspensión por haber agredido a un rival. Con ello dijo adiós a la temporada.
¿Cuál fue la causa de la agresión? Pues que un rival le había llamado “simio de mierda”.
La directiva del club Santos Laguna presentó una queja formal ante la Femexfut para que se abriera un expediente y se inicien las averiguaciones correspondientes para castigar estos “insultos racistas”.
En otro rotativo leo que el brasileño Dani Alves se siente víctima del racismo en los estadios españoles. El jugador que milita en el equipo de fútbol de una multinacional afincada en Barcelona, declara en un diario de su país (“La Folha” de Sao Paolo) que: “los aficionados me insultan y me llaman mono…”. En los mismos términos se expresan una buena cantidad de jugadores.
Carlos Darwin Quintero y Dani Alves, en ningún caso deberían enfadarse, puesto que tanto uno como el otro son en realidad primates. Ambos pertenecen a la misma familia que incluye a los gorilas, orangutanes, bonobos y chimpancés. Ambos son ejemplares de monos domésticos.

En otras palabras, tanto el bonobo que os escribe estas líneas, como cada uno de vosotros que las leéis, somos simios.
Y es que uno esta ya hasta los huevos de repetiros una y otra vez que cuando tengáis dudas, cojáis de cuando en cuando algún diccionario…. ¡¡¡ Que no muerden ¡¡¡ ¡¡¡ Creedme ¡¡¡. Si no lo hacéis, siempre nadareis en la ignorancia.
Los que me leéis, todos tenéis acceso a un ordenador, a una tablet o a un móvil, por lo tanto todos vosotros podéis consultar Wikipedia. Es la enciclopedia más fácil de utilizar … y además es gratuita. NO TENEIS EXCUSA.
Sentaos frente al ordenador. Entrad en Google la palabra “Hominidae” y al obtener el resultado de la búsqueda entenderéis porque he dicho que tanto vosotros, como yo, o como Alves y Quintero, pertenecemos a la misma familia del gorila, del orangután y del chimpancé. “Los homínidos (Hominidae) son una FAMILIA de primates hominoideos, QUE INCLUYE al hombre y sus parientes cercanos: orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos”.

Y diré incluso más, no solamente pertenecéis a la misma familia de los monos antes mencionados, sino que incluso pertenecéis a la misma Subfamilia (subfamilia Homininae) que el gorila, el chimpancé y el bonobo. Y aún más, pertenecéis incluso a la misma tribu (Tribu Hominini) del chimpancé y del bonobo. Por lo tanto, aconsejaría a Quintero y a Alves que acepten su realidad biológica. POR MUCHO QUE NO LES GUSTE, JAMÁS LA PODRÁN CAMBIAR.


Y por supuesto, Wikipedia también os informa de que “Simio y mono son originalmente sinónimos en español”, y de que “en lengua inglesa el término "ape" (simio) suele usarse para referirse a los simios pertenecientes al grupo Hominoidea". “Los hominoideos u hominoides (Hominoidea) son una superfamilia de primates catarrinos sin cola que incluye al hombre y a simios estrechamente emparentados”.




Supongamos incluso, que no tenéis acceso a Internet… y aun más, que no sabéis leer ni escribir. Ni en estos supuestos extremos tenéis excusa alguna para ignorar vuestra identidad biológica ya que, en cualquier caso, habréis podido contemplar en alguna ocasión a vuestros hermanitos, hijos, sobrinos, nietos o a los bebes de vuestros familiares, amigos o vecinos, actuar como pequeños monos en su más temprana infancia (antes de iniciar su domesticación específica).
¿No os hace pensar sobre vuestra condición de primates el contemplar como se llevan cada cosa que cogen a la boca para reconocerla, como se tocan con los pies la cabeza, como agarran vuestros dedos con los dedos de los pies… o la pilosidad simiesca de los bebes prematuros, o al contemplarlos al empezar a andar gateando a cuatro patas, por tener el centro de gravedad en la misma posición que el chimpancé...?
¿Cómo podéis ser tan ciegos? Verdad es que no hay peor ciego que el que no quiere ver.









No conozco a Quintero, pero sí a Alves, y por ello aconsejaría a este, que en lugar de operarse las orejas, probara el no ser tan agresivo con los integrantes del equipo contrario, o que dejase de simular duras entradas al mínimo roce.

Ayer mismo, en el partido de Copa de Europa disputado entre las multinacionales futbolísticas de Madrid y Barcelona, este sujeto volvió a darnos otra demostración de lo que es juego deshonesto basado en la mentira. Alves fue víctima de la dura entrada de un tal Pepe, otro que deshonra al fútbol con sus entradas de Juzgado de Guardia (que algún día retiraran a algún jugador de la práctica del fútbol). No le tocó, pero como es habitual en Alves (para provocar la expulsión del contrario) se retorció en el suelo con increíbles contorsiones circenses y con un rictus de dolor cerval en su cara. Mediante el engaño, que tan buenos resultados da a la multinacional que defiende (véanse también los casos de Mascherano, Busquets, Pedro, Pinto, etc.) logró lo que se proponía, alargó su actuación hasta ser retirado en camilla, para más tarde, al volver al campo, correr con unos impensables sprints, nunca vistos antes, que sin duda lo clasificarían para la final de los 100 metros libres en las próximas olimpíadas. Con su engaño antideportivo había logrado dejar al equipo de la multinacional madrileña con un jugador menos, lo que le sirvió para conseguir la victoria.


En breve dedicaré un post a estas dos entidades que llevan unos cuantos días avergonzando a los amantes del fútbol de vuestro país y a los del resto del Mundo.
No os debería pasar por alto el ejemplo que esos mercenarios del deporte dan a los niños con sus trampas. Cuanto más importante es un club, más seguidores tiene entre los más pequeños. La cosa es especialmente grave cuando se trata de las grandes multinacionales del fútbol. Por su enorme potencial económico tienen a las mejores estrellas que los niños idolatran y que tratan de imitar en su estilo, juego y manera de celebrar los goles.
En vuestro país, el ejemplo que han dado los dos equipos más ricos de la península en su cuádruple enfrentamiento en dos semanas no puede ser más nefasto. Exhibiciones de chulería previas a los encuentros con amenazas de “manitas” por parte de uno de los presidentes y sus jugadores, críticas crispadas cruzadas entre la prensa de las dos ciudades, declaraciones despectivas para con el rival por parte de los entrenadores y, por último, juego subterráneo, sucio, pobre y rácano, lleno de teatro y simulación por parte de sus figuras (muchas de ellas campeonas del Mundo). Los niños aprenden que la mentira y la trampa forma parte del juego al ver como “actúan” sus ídolos. ¡¡ Menudo ejemplo ¡¡ … y algunas con “UNICEF” presidiendo su camiseta…


Es evidente que hay un “animus injuriandi” en los epítetos que provienen de la grada dirigidos a determinados jugadores. Ello sí merece un decidido reproche y la más absoluta condena. Pero también hay que admitir que determinados jugadores provocan la ira del público, con su juego violento y agresivo, o con su actitud teatral de rodar, rodar y rodar sobre el césped cuando sufren una entrada (o un amago de entrada). ...Actuaciones teatrales de engaño, que por cierto se ensayan en los entrenamientos ¡¡¡

Si no actuaran así, seguro que dejarían de despertar la agresividad de la grada de las diferentes aficiones que visitan.
La ignorancia y falta de cultura del mono doméstico se confirma día a día. Cuanto más os conozco, más me convenzo de ello.
Precisamente el tema que abordamos hoy nos lo demuestra una vez más. Ignorantes son los que pretenden insultar llamando a un humano “mono”, “simio” o “primate”, e ignorante es el que se siente insultado por ser llamado asi. Unos y otros desconocen, por catetos, su auténtica naturaleza.

Muchas veces me he divertido jugando con vuestra ignorancia. Os pondré un ejemplo verídico.

Me ocurrió en el estadio de la gran multinacional del fútbol radicada en Barcelona, al que acudí invitado. El equipo local jugaba contra el Mallorca. En un momento del partido un par de mis vecinos de grada se enzarzaron en una tensa discusión que terminó en insultos. Discutían sobre la capacidad defensiva de uno de sus ídolos locales, yo intenté mediar, en parte porque no me importaba demasiado lo que veía en el terreno de juego y en parte porque no me sentía atraído por ninguno de los dos equipos. El más exaltado de ellos se lo tomó a mal y me soltó una traca de exabruptos. Yo le dije que no le iba a replicar ya que le consideraba un perfecto EUTERIO. El sujeto se quedó tenso, se le hinchó la vena del cuello y rojo de ira me espetó… ¡¡ EL EUTERIO LO SERÁ USTED ¡¡ A lo que contesté …. ¡¡ POR SUPUESTO ¡¡. El tío se quedó atónito, así como la totalidad de voyeurs que nos formaban un corrillo en la grada. Ambos se serenaron, y al terminar el partido, me despedí del que se consideró insultado por mi por llamarle “Euterio” con el consejo de que al llegar a su casa consultara un diccionario.

Me marché del estadio con una marcada sonrisa bailando en mis labios. Estaba pensando en la cara de idiota que se le quedaría al tío al consultar el diccionario. Estoy seguro que lo primero que hizo al llegar a su casa, fue buscar en el diccionario la palabra “EUTERIO”. Más o menos la misma tentación que tenéis vosotros en este momento, porque estoy convencido que vosotros también lo ignoráis. Seguro que al “forofo” se le quedó la cara del color de la camiseta de su equipo.

Pero la ignorancia del mono domestico va incluso más allá de eso. Ya que, incluso en el caso de que llegaseis a pensar que llamaros “primates”, “simios” o “monos” es un insulto, nunca, y en ningún caso, podría ser considerado un “insulto racista”. Digo esto porque vosotros, a este tipo de supuestos “insultos” los llamáis “insultos racistas”. De la misma manera que a los gritos “UH, UH, UH…” tan frecuentes en algunos campos, los llamáis “gritos racistas” (vosotros y vuestros juristas, tan ignorantes como vosotros).
Estáis tan desinformados que confundís RACISMO con ESPECISMO. Incluso el más tonto de los bonobos conoce la diferencia entre raza y especie.
Los jugadores de los que hemos hablado, se quejan porque les llaman monos… NO PORQUE LES LLAMEN NEGROS.

Los gritos “UH, UH, UH” son propios de monos, no de negros. Son por lo tanto gritos especistas, no racistas.

Por cierto, nótese la perfección con la que vocalizan guturalmente el “UH, UH, UH” los monos domésticos de la grada. Ciertamente no les hace falta ensayar… lo llevan en su ADN de primate ¡¡¡. Por eso no me extraña vuestra habilidad para subiros sobre la estatua de la Cibeles o de trepar en lo más alto de la fuente de Canaletas o de las farolas de las Ramblas. Tampoco me extraña que cuando vuestro equipo marca un gol, saltéis y os abracéis locos de alegría. Los chimpancés actúan de la misma forma cuando descubren un árbol cargado de fruta.

Ninguno de vosotros puede acusar a ningún mono no humano de destruir la capa de ozono, de polucionar las aguas continentales o los mares, de quemar bosques, de torturar, de envenenar la naturaleza y de maltratarla sin parar, de provocar guerras cruentísimas e interminables. Sin embargo, todos nosotros podemos acusar a los monos humanos de hacer, precisamente, todos estos actos criminales, día tras día.

Por lo tanto, señores Alves y Quintero, no os sintáis insultados si os llaman monos, pensad que el insulto verdaderamente grave sería que os llamasen ¡¡ HUMANOS ¡¡.


Planteémonos ahora la siguiente pregunta.

¿Cuál es la base de este desprecio propio del mono domestico hacia las demás especies (a las que, por otra parte, considera inferiores)?

Desde pequeños la sociedad…. Y sobre todo, los brujos de la tribu, os repiten por activa, por pasiva y por perifrástica que vosotros sois los “putos amos”. Que sois los “Reyes de la Creación”, “Hechos a imagen i semejanza de Dios”. Os insisten en que vosotros sois racionales…y, por supuesto los otros animales no. Os recalcan que vosotros tenéis alma y los demás animales son unos “desalmados”.

Se trata de colocaros anímicamente en lo más alto del pedestal, mientras ubican a los demás seres en los peldaños más bajos, en otras palabras, os adoctrinan para que seáis unos asquerosos especistas. Y a fe mía que lo logran.
Vuestro especismo no sólo se ve en los campos de fútbol, se ve también en vuestro día a día, cada día ….hasta el final de vuestros días.

Y tirando, tirando y tirando del hilo, llegamos a un punto sobre el que me encantaría hablar porque se que con un par de reflexiones me voy a cargar las bases de todas vuestras religiones…. una vez más. Son temas que vosotros tenéis ante vuestros morros y que no os atrevéis a afrontar, básicamente porque, como humanos, sois unos cobardes cuando llega el momento de enfrentaros con la realidad.
Las reflexiones que vienen a continuación son demoledoras. Cada vez que las he sostenido ante alguno de vuestros brujos tribales cambian de color, se tragan la lengua, cierran su boca (como sellada con silicona) y se largan a toda prisa a sus cuevas al quedarse sin argumentos.

Al llegar a vuestro país, después de dejar mi selva congoleña, me hice con un diccionario, un ordenador y un catecismo. Era una forma de conoceros por la vía rápida.

Me sorprendió, al entrar en vuestras iglesias, ver gran cantidad de estatuas dedicadas a primates santificados por los brujos de vuestra especie. Me divirtió ver como elevabais a un primate a la categoría de Dios. Ello no sólo ocurre en vuestra cultura, también por Asia adoran al dios mono Hánuman o Jánumat, venerado por los hindúes, quienes lo consideran un aspecto del dios Shivá.

Gracias a vuestros libros sagrados, me enteré de las curiosas creencias que tenéis los humanos basadas en esperpénticas historias. Descubrí que los libros que manejan vuestros brujos os cuentan que Dios envió a su hijo a la Tierra encarnado como hombre para redimiros de vuestros pecados.

Para atontaros un poco, a fin de que no penséis demasiado, utilizan la táctica del trilero, es decir, el desconcierto.

Empiezan por decir que Padre, Hijo y Espíritu Santo son tres personas ¡¡ Iguales, pero distintas ¡¡. Que el Padre es el Hijo, y el Hijo a la vez es el Padre y el Espíritu Santo, el cual, a su vez, es el Padre y el Hijo a la vez y, en justa correspondencia, Padre e Hijo son a la vez el Espíritu Santo ¡¡¡¡¡

Se trata de que acabéis con todas vuestras neuronas hechas un nudo, mientras vuestros ojos ruedan y ruedan dibujando círculos con los colores del arco Iris.
Luego os dicen que su madre fue virgen antes, durante el parto y… DESPUES DE PARIR ¡¡¡ En este punto ya os sale humo por los oídos y vuestras rodillas empiezan a temblar. Y termináis aplaudiendo con las orejas cuando os dicen que la virgen engendró a Jesús inseminada por una paloma (el Espíritu Santo).¡¡¡¡ Luego, para acabar de remataros os contaran que, para impresionar a la gente Jesús…. ¡¡ caminaba sobre las aguas ¡¡

Os dejo unos minutos para que os serenéis. Respirad lenta y profundamente unas cuantas veces para relajaros. Una vez recuperados os ruego que sigáis atentamente mi razonamiento.

En primer lugar, si Jesucristo se encarnó en forma humana, queda claro que Dios quiso que su Hijo se encarnara en forma de un primate de la familia del chimpancé. AL DICCIONARIO ME REMITO.. ya sabéis, buscad (Hominidae).

Eligió, para ser su madre, a una hembra de la especie humana, la cual (por humana) pertenecía a la misma familia a la que pertenece el gorila, el bonobo, el chimpancé y el orangután).

Según vuestros libros era una hembra casada que quedó preñada al practicar sexo esporádico (a espaldas del marido) por la acción de una paloma (el Espíritu Santo).

Sabido es que los monos humanos tenéis 46 cromosomas, 23 del padre y 23 de la madre
mas exactamente, 22 autosomas y 1 cromosoma sexual que vienen de cada padre.

Tenemos claro la dotación materna. Según los libros “sagrados” su madre María fue la donante, pero ….. ¿Quién aportó los otros 23 cromosomas que faltan? ¿Quién fue el padre? Si aceptamos seguir con el cuento, el padre fue el Espíritu Santo, es decir, ¡¡ una paloma ¡¡ (os recuerdo que los espiritus no poseen esperma).

Las palomas tienen 80 cromosomas. Por lo tanto se trataría de una imposibilidad biológica totalmente inviable. Y aún más, si consideramos que, como todas las aves, las hembras son heterogameticas (ZW) y los machos son homogameticos (ZZ), a la inversa de lo que ocurre con los mamíferos.
Es evidente pues, que vuestros brujos… SE QUEDAN CON VOSOTROS Y OS ESTAN TOMANDO EL PELO. LLEVAIS MILENIOS SIENDO EL AZMERREIR DE LOS BONOBOS Y DEL RESTO DEL MUNDO ANIMAL ¡¡¡

Supongamos que admitimos “gusano de tierra como animal de compañía” y que hartos de vino nos creemos que María finalmente se lió con la paloma. El “IMPOSIBLE” hijo resultante de la inseminación aviar debería mostrar características de la madre y del padre. De esta IMPOSIBLE mezcla de mamífero y ave.. saldría un niño Jesús con pico, con plumas o con pico y plumas, o acaso con alas ¡¡ como los ángeles ¡¡ a los que los brujos de la tribu representan, precisamente, como mamíferos alados, en el colmo de sus desvaríos ¡¡¡¡

Si despertáis de la fantasía y si finalmente os da por razonar, llegareis a la conclusión de que el padre de Jesús sólo podía ser un macho humano. ¿Quién fue el desconocido? Cuando lo descubráis… ya me lo haréis saber.

Y podríamos seguir… Si la Biblia dice que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza… y el hombre es un mono, como lo son los demás de la familia Hominidae (gorila, chimpancé, orangután y bonobo) ....queda claro que Dios será también un primate. No queda otra. De hecho vosotros lo representáis siempre en forma de primate....POR ALGO SERÁ.

¿Os dais cuenta que cuando adoráis a la Virgen o a Jesucristo (ambos humanos) estáis adorando a dos primates de la familia del gorila (según los diccionarios y la evidencia biológica del ADN)?

Insisto… culturizaos y no dejéis que los demás piensen por vosotros. Recordad que la verdad os hará libres.

Atended a la razón y no al brujo de capirote. Los curas dirán una cosa, pero los diccionarios, la biología y la razón, dicen otra cosa bien diferente.
A los bonobos nos queda muy claro quien tiene razón, quienes son las víctimas engañadas y quienes son los impostores que viven a vuestra costa apoyados en sus interminables mentiras y amenazas de castigos eternos.